martes, 3 de noviembre de 2015

Día Uno

Hoy decidí escribirte a pesar de mi mal día, mis ánimos  por los suelos, la fatiga del trabajo, mi mochila pesada y el estrés en el inicio de semana, me tomé un momento para pensar en qué había fallado, si me fallé a mi misma o solo fue la adversidad  y la tempestad del momento. He hecho lo que alguna vez dije no volver a hacer. He pensado en ti.
He pensado en ti, en como eres conmigo, en como tus mensajes alegran mi día, ese ¡Hola! por las mañanas o tardes, ese ¿Cómo estás? que alegran mi alma porque se que a alguien le importo, que alguien piensa en mi.
He pensado en como mi vida ha cambiado desde que te conozco. ¡Qué tan chiquito es el mundo! ¿Cómo es que te fui a conocer?
Me entró la nostalgia. ¿Cuánto tiempo ha pasado desde que te conozco? Cambié de trabajo, amistades, de casa e incluso de hábitos.
Es la música que escucho la que me ha puesto nostálgica. He pensado en ti.
Por la mañanas al despertar, por las noches al dormir, entre sueños y pesadillas, entre carcajada y llanto he pensado en ti.
Mi música, el largo trayecto a casa y el recuerdo del último beso me han hecho derramar la primer lágrima.
¿Cómo te fui a querer tanto? ¿Cómo es que pasó? ¿En qué momento te empecé a necesitar?